La inteligencia artificial (IA) ha generado una gran controversia en lo que respecta a su capacidad para tomar decisiones importantes, como los despidos en las empresas. Según una encuesta realizada en España a empleados de pequeñas y medianas empresas, un abrumador 92% se siente algo incómodo o muy incómodo con que la IA decida a qué personas despedir.
La preocupación se debe en parte a la falta de claridad sobre qué tipo de algoritmo se utiliza en estas decisiones y qué información se toma en cuenta. Por otro lado, en una encuesta similar realizada en Estados Unidos, se descubrió que el criterio principal utilizado en los despidos es el rendimiento. Sin embargo, queda la incógnita de cómo la IA mide y interpreta dicho rendimiento, así como qué otros parámetros considera y qué sesgos podrían afectar sus decisiones.
En cuanto a si la IA aprende a despedir de manera adecuada, existen dudas sobre si esto significa que la empresa tiene una alta tasa de despidos o si se podría crear un mercado de datos de perfiles despedidos. En cualquier caso, estas cuestiones técnicas no llegan al gran público, que solo quiere saber si su puesto de trabajo está en peligro debido a lo que pueda decidir un bot.
Ante esta desconfianza, es importante proporcionar información y transparencia a los empleados. El reciente proyecto de Reglamento para regular la inteligencia artificial en la Unión Europea contempla como sistemas de alto riesgo aquellos relacionados con la educación, la formación profesional, el empleo y la gestión de los trabajadores, lo que obligará a las empresas a informar de manera clara y genuina.
En cuanto a la responsabilidad de las decisiones de despidos, no se puede atribuir únicamente al algoritmo o a la IA, sino que es una responsabilidad empresarial que debe ser asumida como tal. Por otro lado, la ética juega un papel fundamental en este tema. Las empresas que se centran en el bienestar de sus empleados y promueven un liderazgo humano y empático deben entender que la IA responsable forma parte de su propuesta de valor y no solo es una herramienta de negocio. Los comités de ética en IA serán cada vez más importantes para contextualizar y equilibrar hasta dónde debe llegar la IA en las organizaciones.
Fuentes:
– Capterra
– Propuesta de Reglamento sobre IA de la Unión Europea