En el Foro de Alto Nivel de las Naciones Unidas titulado “Promover una cultura de paz en la era digital”, el Observador permanente de la Santa Sede, Monseñor Gabriele Caccia, destacó dos temas principales: el impacto de las tecnologías digitales en la educación y su papel en la difusión de una cultura del encuentro y del diálogo. El representante vaticano afirmó que es fundamental un uso responsable de estas herramientas y que su dependencia excesiva corre el riesgo de mercantilizar la educación.
El progreso tecnológico ha ofrecido oportunidades y desafíos en la promoción de una cultura de paz. El Papa Francisco incluso ha decidido dedicar su mensaje para la próxima Jornada Mundial de la Paz en 2024 a la Inteligencia Artificial en relación con la paz. En cuanto a la educación, Monseñor Caccia señaló que es importante no degradarla a un mero instrumento de transmisión de conocimientos técnicos, sino que debe ser una formación integral de la persona. Padres, profesores, políticos, periodistas, organizaciones y grupos religiosos desempeñan un papel clave en la promoción de una cultura de paz y en la formación de los jóvenes en valores como el diálogo, el encuentro, la solidaridad, la paz y la justicia.
Por otro lado, las tecnologías digitales también permiten ejercer el derecho a la libertad de opinión y expresión. Sin embargo, es necesario utilizarlas con responsabilidad, ya que los derechos humanos implican deberes correspondientes. El Papa Francisco advierte sobre el riesgo de que la sociedad de la información se convierta en la sociedad de la desinformación y enfatiza que el progreso tecnológico debe ir acompañado de una ética inspirada en el bien común.
En resumen, la promoción de una cultura de paz en la era digital es posible mediante un uso responsable de las nuevas tecnologías. La educación cumple un papel esencial en la formación de los jóvenes en valores fundamentales. El progreso tecnológico debe ir de la mano con una ética basada en el bien común para alcanzar un mundo mejor.