La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta cada vez más presente en nuestras vidas, incluyendo el ámbito educativo. Sin embargo, es importante entender que la IA no pretende reemplazar al docente, sino más bien complementar su labor.
La IA se define como sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren de la inteligencia humana. Estos sistemas pueden tomar decisiones, establecer conversaciones y resolver problemas complejos. Un ejemplo de esto es ChatGPT, una aplicación de IA generativa que nos permite generar contenido como texto, imagen y vídeos. Esta tecnología nos brinda la oportunidad de participar y crear con la IA.
La IA no es una moda pasajera, sino una herramienta disruptiva que transforma el mundo. Sin embargo, su eficacia dependerá de cómo la utilicemos. Es necesario que la incorporación de la IA en el sistema educativo se realice de manera gradual y contemplando la importancia del rol del docente.
La IA pone sobre la mesa la necesidad de la alfabetización digital y el desarrollo del pensamiento computacional. No todos debemos convertirnos en programadores, pero es fundamental entender cómo funcionan estos sistemas. Además, es importante garantizar la transparencia en el uso de los datos con los que se entrenan estos sistemas, ya que pueden generar sesgos inherentes debido a la naturaleza de los datos utilizados.
Es fundamental que seamos cautelosos en la adopción de la IA y reclamemos información sobre su uso de nuestros datos. La regulación por parte de las autoridades también jugará un papel fundamental en garantizar la ética y seguridad de la IA. Asimismo, es responsabilidad de los políticos establecer políticas y destinar recursos para formar a los docentes y proporcionarles el tiempo y los espacios necesarios para desarrollarse profesionalmente.
La IA ofrece grandes oportunidades en la educación. Puede aumentar la productividad, facilitar el aprendizaje personalizado y transformar la educación en línea. Además, nos lleva a reflexionar sobre temas como los deberes y la evaluación, cuestiones que han sido objeto de debate en el ámbito educativo.
En resumen, la IA tiene un potencial enorme en la educación, pero su éxito dependerá de cómo la integremos de manera adecuada y ética. Es importante aprovechar las oportunidades que nos ofrece, pero también debemos estar conscientes de los retos y garantizar que sea inclusiva y beneficiosa para todos.
Fuentes:
– María del Mar Sánchez, pedagoga y experta en tecnología educativa