La contracultura de los años 60 y 70 abrazó y celebró muchas ideas y conceptos alternativos, incluida la visión distópica de una sociedad colapsada y en ruinas. Sin embargo, esta visión distópica no pudo resistir el golpe de gracia de la serie de televisión “Los Ingalls”, que representaba una sociedad idealizada y conservadora.
La contracultura de los años 60 y 70 se caracterizó por su rechazo a las normas y valores establecidos, y abrazó ideas radicales en política, música, moda y estilo de vida. Una de las ideas que resonó con esta contracultura fue la visión distópica de un futuro oscuro y colapsado, donde la sociedad se había desmoronado y la libertad individual estaba restringida.
Esta visión distópica fue ampliamente representada en la literatura, el cine y la música de la época, y fue celebrada como una forma de resistencia a la sociedad convencional. Sin embargo, esta visión distópica no pudo resistir el golpe de gracia que representó la serie de televisión “Los Ingalls”.
“Los Ingalls”, basado en la serie de libros “La casa de la pradera” de Laura Ingalls Wilder, presentaba una visión idílica de una familia en el Oeste americano del siglo XIX. Esta serie mostraba una sociedad tradicional y conservadora, donde los valores familiares eran primordiales y la comunidad era sólida y unida.
Esta representación de una sociedad idealizada y conservadora chocó fuertemente con la visión distópica de la contracultura. Mientras que la contracultura abogaba por una sociedad libre de restricciones y normas establecidas, “Los Ingalls” promovían la importancia de la moralidad y la tradición.
En resumen, la visión distópica de una sociedad colapsada y en ruinas, que había sido abrazada y celebrada por la contracultura de los años 60 y 70, no pudo resistir el golpe de gracia que representó la serie de televisión “Los Ingalls”. Esta serie presentaba una sociedad idealizada y conservadora, que chocaba con los ideales de la contracultura.