Las herramientas y métodos para la protección de redes informáticas han evolucionado a lo largo de los años, adaptándose a los nuevos desafíos que presenta el entorno digital. En los años 70, la preocupación se centraba principalmente en el filtrado del tráfico entrante, con el fin de proteger las redes de posibles amenazas externas.
En los años 90, con el advenimiento de Internet, las empresas comenzaron a darse cuenta de la importancia de proteger también el tráfico saliente para evitar que los empleados cayeran en trampas o engaños por parte de los ciberdelincuentes. El filtrado del tráfico saliente se convirtió en una obsesión y surgieron diversas herramientas como los navegadores seguros, proxies y software antivirus para garantizar la seguridad de los usuarios.
Sin embargo, a medida que las empresas adoptaron nuevas tecnologías como la nube pública, el teletrabajo y la externalización de servicios, el concepto de una “fortaleza” de ciberseguridad se volvió obsoleto. Ya no era posible establecer un perímetro de protección alrededor de todos los dispositivos y terminales, que se volvieron más descentralizados y complejos. Además, los ciberdelincuentes aumentaron en número y sofisticación, lo que hizo que los métodos tradicionales de defensa fueran insuficientes.
En los últimos años, el ransomware se ha convertido en una de las principales amenazas, ya que permite a los hackers obtener ganancias económicas a gran escala. Además, el uso de criptomonedas ha ampliado aún más las posibilidades de ataques cibernéticos.
En la actualidad, la gestión del tráfico de entrada ha perdido relevancia y se ha dado mayor importancia al monitoreo y prevención de ataques. Las estrategias de ataque más comunes incluyen el uso de vulnerabilidades, ataques de phishing y el robo de credenciales. Es fundamental evitar que los usuarios infectados se conviertan en una puerta de entrada para los ciberdelincuentes, por lo que se requiere un filtrado de salida eficiente.
En resumen, la protección de redes informáticas ha evolucionado para adaptarse a los nuevos desafíos del entorno digital. Es necesario implementar herramientas y métodos de seguridad efectivos que aborden tanto el tráfico entrante como el saliente, y que se enfoquen en prevenir y mitigar los ataques cibernéticos.
Fuentes:
– IBM X-force (informes de seguridad)